A propósito de las fiestas de día de muertos aquí les dejo una leyenda de fue tomada de libro de cuentos y leyenda de Guerrero, del escritor Félix J. Romero, espero les guste.
"Hace muchos años, cuando aún no estaba el Chilpancingo que actualmente conocemos, cuenta la leyenda que un arriero se encontraba de camino a la pequeña ciudad, pasando por el predio denominado Tepango, escucho en un tecorral (corral de piedra caliza), la voz de un trovador entonando una canción muy triste, se acerco a esta persona y le pregunto que le pasaba por que entonaba esa canción tan triste; le contesto la persona que por cuestiones personales no podría llevar un pendiente que tenia a una mujer en Chilpancingo.
El arriero se ofreció a llevar el encargo de este personaje, era una caja con unas monedas de oro, encomendándole que solo a la dama que el le dijo, le entregara dicho presente; esta persona vivía en el centro de la ciudad, dicho esto ambos personajes se despidieron, el arriero siguió su camino a la ciudad, y el trovador se quedo todavía entonando su canción.
Una vez llegando a la ciudad como era algo tarde decidió visitar en el día siguiente a la mujer que el cantante le dijo, en la mañana dirigió sus pasos a la casa en mención; toco la puerta y una anciana lo recibió, le pregunto por la dueña de la casa, mencionando el encargo que le fue confiado, al oír esto la criada fue por la dama. una señora un poco mas joven que la ama de llaves, a la que saludo cortésmente y le explico el motivo de su visita, diciendo y entregando el presente que le diera el joven, al momento de recibir el regalo la mujer dio un grito y tiro al piso el contenido, la criada no sin miedo recogió el dinero y ayudo a su ama a recuperarse, el pobre joven no sabia el porque de esto, pero espero un poco; la criada con lágrimas en los ojos le explico que quien le dio el cofre no era otro que el prometido de la señora, que fue en busca de un mejor futuro, la dama le dio las monedas de oro para que se las devolviera convertidos en anillos y joyas.
El joven salio con rumbo a Acapulco, pero fue asesinado en el predio de Tepango, las monedas fueron robadas y no se supo donde quedo el cuerpo, al oír esto el hombre palideció y perdió la noción del tiempo y o supo ni como llego a su domicilio, solo recuerda que estuvo frente a un anima en pena y que le ayudo a cumplir una promesa.
Aún repuesto del susto, siguió su vida, pero sin saber que la casa que visito estaba completamente en ruinas y quien lo atendió cuando supo la muerte de su amado se suicido. Si hubiera sabido esto probablemente habría pedido por completo la razón.
Espero les guste esta leyenda, espero seguir escribiéndoles algunas otras en estos días.