Este mediodía fui testigo de un acto por demás deleznable, una pelea en las afueras de la escuela José María Morelos, en pleno centro de la ciudad,entre dos padres de familia; con el hijo de uno de ellos como testigo, la situación es por demás detestable como dos personas adultas se ponen a pelear a puño limpio en las afueras de esa institución educativa.
Cada quien es libre de realizar sus acciones como le plazca pero no se vale que el hijo de uno de ellos sea testigo de los arrebatos de estas personas, la cara de asustado del niño, inerme y con la preocupación de que podría pasar, cada uno podría pensar que importa a cada quien; pero esto tiene una reacción a como nos encontramos como sociedad.
La situación se da a la salida de los niños de la escuela, con el trafico a todo lo que da, con la inoperancia de los cuerpos de seguridad que se supone deben de estar al pendiente de la situación de los niños escolares, todo brillaba por su ausencia, vaya ni siquiera un agente de transito, solo los transeúntes como testigos del bochornoso acto.
Todos tenemos problemas, lo que no se vale es que un inocente sea testigo de este acto, que observe como dos salvajes no entiendan con palabras y se desquiten de sus problemas, que uno de ellos sea familiar, y que de alguna manera esa sea la educación que reciba en su hogar; como esperan que un niño crezca sin ningún problema mental.
Cada quien su vida, lo que no se vale es que afectemos a terceros, que estos sean nuestros hijos, tomemos conciencia de que no solo afectamos a nuestra inteligencia y civilidad, sino también a quienes de alguna manera somos un ejemplo para ellos, que ejemplo daremos y como podremos reclamar actitudes que tomen después si no ponemos el ejemplo.