La osadía no tenía limites, esto tenia a Guerrero
perplejo, era un golpe a su ego tan fuerte como ver roto su record de
calificaciones en la carrera de psicología que curso de manera magistral en la
universidad, para luego probar suerte en la policía federal, donde se graduó
con honores, este era realmente un caso digno de prestarle toda su atención;
mientras pensaba en la llamada, llego su jefe inmediato conocido como fox-1 reclamándole
el hecho de no pedir rastrear la llamada; a lo que le comento que no era
necesario puesto que siempre realizaba las llamadas desde teléfonos públicos distantes
entre sí.
“Los movimientos de este criminal son cuidadosamente
estudiados desde el inicio de la selección de la víctima hasta la culminación
del acto cuando realizaba la llamada a la policía y a los medios, pasando por
la molestia de quitarle la bala al cuerpo con la calma de un cirujano en una
operación de rutina; una de las
vertientes que ya intentaron cubrir, sin embargo no había relación entre algún médico
y los muertos eran completamente distintos los que atendían a estos.
Algo era seguro: el o la criminal tenia conocimientos de
medicina, puesto que los cortes realizados para extraer las ojivas eran
precisos y sin ninguna cortadura de mas,
además de que solo era un solo disparo exacto en el corazón, lo que también
hablaba que era un experto tirador o un ex miembro de las fuerzas de seguridad,
todo esto era lo único que tenía Rodrigo Guerrero para intentar resolver este caso; no encontraban huellas
que pudieran aportar algo para capturar al “asesino de la llamada.”
Todo era oscuro en este caso, los asesinados eran
completamente distintos, no había relación entre ellos, ninguno tenía algo que
ver con el otro, pero sin embargo al parecer no era casualidad que fueran el
blanco de nuestro criminal, algo raro flotaba en el ambiente de la
investigación, todos de alguna manera compadecían a Guerrero porque todo se
enfocaba a su persona por ser el elegido de fox-1 para resolver el crimen, sin más
pista que las llamadas y las escenas del crimen.
Una nueva pista empezó a aclarar un poco las investigaciones,
en la última autopsia se encontró rastros de un
químico que provocaba la parálisis total del individuo; eso era lo que explicaba
los tiros certeros y la inmovilidad de las víctimas, un punto que quizá explicaba
una pequeña parte de este embrollo; el
punto ahora era como se le administraba el químico a las víctimas.
Algo empezaba a salir a la luz, al no haber violencia en
las escenas, hacía suponer que o era alguien conocido de las víctimas, o
alguien que pudo acercarse a ellos lo suficiente para poder administrar el químico
paralizante, moverlo y disparar; ¿Cómo llegaba a su objetivo?, era la principal
interrogante, como se acercaba a cada uno de ellos tan distintos entre sí, cada
uno con educación disímbola, algunos licenciados y otros con secundaria apenas.
Todo estaba tan enredado, y para acabar de ponerle sal a la
herida en el momento más inoportuno, sonó el teléfono del cubículo del
detective Guerrero, todo en ese momento se detuvo los demás agentes contuvieron
la respiración, al pensar que fuera el criminal para anunciar su nuevo golpe: “hola
sr, Guerrero, me comunico con usted para decirle que he cometido otro
asesinato, una vez más he quitado de en medio a una cucaracha de este mundo.”
Los agentes encargados de rastrear las llamadas trataban frenéticamente
de localizar el punto de origen de la
llamada: “no se preocupen de seguirme, voy un paso delante de ustedes, la
dirección es muy sencilla; lo encontraran en la calle de motolinia esquina con
16 de septiembre en el centro histórico; fue un placer volver a saludarlo y ofrecerle mis respetos.”
La movilización policiaca fue impresionante, todo los
cuerpos de seguridad se volcaron a la dirección dada por el criminal,
encontrando a una mujer en posición fetal con un agujero en el pecho, con la
agravante que ahora no ningún rastro de sangre que indicara que fue ultimada
ahí; por primera vez el asesino no
ejecuto a su víctima en ese lugar, sino que ahora cambio el modus operandi y no
dejo rastros.
Todos estaban sorprendidos de cómo era posible que una
persona no fuera vista dejando un cadáver en la zona, puesto que un hotel y
varios comercios se encuentran en esa calle; la inspección preliminar indicaba
que la mujer llevaba al menos cinco horas de muerta, lo que indicaba por la
hora que había sido depositada aproximadamente a las cuatro de la mañana.
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