Una
vez controlada la situación, Frank dejo el lugar donde estaba y se encamino
hacia donde dejaron el auto donde ya lo esperaba el chofer para regresar al
puerto; pero momentos antes de arrancar, los rodearon varias personas armadas y
les gritaron que bajaran y pusieran las manos arriba; sorprendidos obedecieron
y salieron lentamente, ambos estaban armados con pistolas 45 en la espalda,
mientras no se acercaran no habría problemas.
Los
pistoleros solo hablaban español así que Frank no entendía lo que decían pero
el chofer trato de calmarlos diciéndoles que solo estaban de paso en esa zona que tenía familiares ahí y solo iban
a verlos, con la mirada le dio a entender a Frank que podría ponerse feo el
asunto, no había otra opción tendrían que luchar por su vida, quizá no saldrían
bien librados.
Frank
sabía que estaba en riesgo su vida tendría que pensar rápido y el chofer los
estaba distrayendo lo suficiente para poder sacar el arma y salir de ahí; solo espero la señal del chofer que de alguna
manera estaba mandándole claves para
poder llevar a cabo la acción; cuando escucho la palabra “¡ahora!” en inglés;
se tiro al piso sacando de su espalda la 45que llevaba disparando hacia
los dos que estaban por su lado, al
mismo tiempo el chofer logro impactar a los
otros dos que estaban al otro lado; no reparo en uno más que estaba
atrás y le alcanzo a pegar en una pierna.
Rápidamente
Frank realizo un último disparo dándole en la frente, rápidamente se volteo buscando
a más personas pero todo estaba en calma, se apresuró a moverse para ayudar al
chofer que a pesar del balazo estaba tranquilo; “no es la primera vez que me
pegan una bala” le dijo a Frank para calmarlo: “es la primera vez que quien
viene conmigo me ayuda a salir adelante” le dijo que manejara hasta la pista de
aterrizaje para poder salir de ahí que
no tardaría la gente en llegar a averiguar sobre los disparos o sobre la
ausencia de los pistoleros.
Manejando
el auto lo más rápido posible, llegaron a la pista, el piloto ya los esperaba y
encendió la avioneta, cuando empezaba a tomar vuelo aparecieron dos camionetas
tratando de impedir el vuelo pero llegaron demasiado tarde y el ave salió viva
de la zona serrana de Guerrero.
Ya
en Acapulco, el chofer fue llevado a una clínica particular, para sacarle la
bala y atenderlo discretamente, evitando la intromisión de la policía, Frank
llego a su hotel se dispuso a dormir para poder quitarse los últimos momentos
del día: “la situación era tensa, había
que suprimir al líder de la mafia que controlaba el tráfico de droga a Estados Unidos, era un ciudadano americano,
solo sabía que estaría ahí en esos momentos y seria la oportunidad de evitar el
seguir sirviéndole como su asesino; el auto se acercaba, preparo su fusil para cumplir su misión: los guardaespaldas
salieron y miraron hacia todos lados para cubrir al jefe, en el momento que salía la persona que era el
líder se puso en tensión y el dedo se plantó en el gatillo del arma, al salir
completamente el objetivo disparo sin pensar, cayo abatida por las balas y
hasta entonces se dio cuenta quien era
la jefa: era Raizel quien estaba muerta en la puerta del auto.”
Despertó
sobresaltado y jadeando, con la respiración agitada y sintiendo el mismo miedo
que sentía cuando iba a regresar a Estados Unidos del medio oriente, poco a
poco regreso la calma y se dirigió al baño y se lavó la cara para despejar la
mente y poner en orden sus ideas, aún tenía que averiguar quién era el jefe en
realidad de toda la organización.
Paso
el día solo, puesto que Raizel se había
ido a un spa durante dos días; pensó en descansar y pasar el día entero en la
habitación pero en ese momento llego César a platicar con él, para invitarlo
también a una fiesta en una disco del puerto, no esperando una negativa le dijo
que se cambiara y lo acompañara, “en un momento bajo” fue la respuesta de
Frank.
El
ambiente de la disco era inmejorable, era el jet set de Acapulco jóvenes de
acomodadas familias, clientes frecuentes de la organización de Díaz y algunos
compatriotas de Frank; todos se divertían y el alcohol corría a mares, así como
algunas drogas que la gente del capo les disponía, al llegar Cesar, todos le
saludaban con reverencia y respeto; cada
persona le alguna manera le debía algún favor a esa organización.
Todo
ese ambiente no era ajeno a Frank, pero siempre de alguna manera no le gustaba
mucho, era más bien de ambientes tranquilos, sin embargo trato de adaptarse a
lo que estaba viviendo en ese momento, al llegar al área donde Cesar Díaz tenía
su digamos su altar a su ego y poder; dominaba toda la pista de baile y la entrada,
así podría moverse a su antojo para evitar ser capturado.
Los
tragos llegaron acompañados de hermosas chicas que solicitas le ofrecieron
compañía a Frank una de ellas se acomodó al lado de Díaz, que se dispuso a disfrutar de tan buena compañía;
“dejemos los negocio por un lado y divirtámonos por esta noche” fueron las
palabras del jefe, en eso recibió una llamada; al momento se levantó y contesto
de manera que se veía que era su patrón quien le llamaba para pedirle cuentas
del trabajo del francotirador.
“Todo
en orden jefe, se han cumplido dos limpiezas falta la tercera pero por ahora
necesitamos que descanse nuestro plomero, porque tuvo que trabajar extra en el
trabajo en la sierra,” alcanzo a escuchar Frank sobre su persona; era sin duda
alguien que de alguna manera estaba en conocimiento de quien era la persona
encargada de hacer ese trabajo sucio, parecía que no solo Cesar sabia de sus
habilidades; la persona al otro lado del teléfono de alguna manera lo conocía o
era alguien cercano a él.
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