miércoles, marzo 05, 2014

El Francotirador VII...

La fiesta siguió sin ningún contratiempo, los amigos y conocidos de César terminaron al amanecer ebrios y algunos  bastante drogados,  Frank no pudo evitar sentir asco de todo  aquello que vio en esa bacanal, todos completamente enloquecidos, y abandono el lugar antes de la madrugada.
A la mañana siguiente, después del desayuno ya con Raizel en el hotel después de su viaje al spa, recibió un mensaje en el que le aseguraban tener ya una fecha para el último trabajo; este sería en la Capital del estado, el jefe de la plaza no se alineo con quienes estaban haciendo la alianza para poder centralizar todo el movimiento de traslado  de la droga que iba a estados unidos, motivo por el cual era necesario quitarlo de en medio y poner a alguien que fuera leal.
Todo estaba por terminar era la última misión de limpieza que le era encargada, una misión que estaba poniéndolo al borde de la locura, no podía seguir el juego tanto de los agentes  de la DEA como de César Díaz, además ponía en peligro a su novia alguien que no podía enterarse de todo lo que había realizado,  necesitaba dejar esta situación a como dé lugar, dejo al tiempo para poder ordenar ideas ya escapar de esta trampa.
La ciudad capital Chilpancingo era una ciudad pequeña, sede de los poderes lo que la hacía importante para el trasiego y sobre todo por las posibles influencias que se podrían lograr dentro del poder político que era lo más relevante de la ciudad,  de ahí su importancia para la organización de Díaz.
Como siempre la salida fue a las 7 de la mañana, el viaje duraría solo una hora, ahora con otro chofer, pero igual de confianza de Díaz, el corto viaje fue placentero y llegando buscaron a su contacto en la capital, ya los esperaban y se pusieron de acuerdo para realizar la labor, el lugar se le hizo insólito para Frank  ¡era un edificio de gobierno! El más alto de la ciudad, sobre la avenida principal, camino por cierto del objetivo a dirigirse a sus oficinas.
La entrada fue por la zona trasera por el estacionamiento, con una identificación falsa lograron ingresar y se trasladaron al último piso para poder observar la distancia de tiro y los posibles camino para escapar; al observar la ciudad, se le hizo demasiado tranquila para ser el centro neurálgico del estado, más por la guerra de carteles que se estaba librando en el país, asegurando la zona, para evitar alguna posible sorpresa preparado todo; armo el fusil “Morelos B” que se había vuelto su compañero en esta odisea de sangre y muerte.
El encargado de la vigilancia del objetivo le informo que su itinerario era sencillo; salía a las doce del día  hacia su oficina ubicada dos calles atrás  de donde estaban y la avenida era su paso obligado para llegar; a menos que hubiera una manifestación, motivo por el cual, tendría que dar un rodeo, si eso sucedía solo tendría que cambiar de posición ya disparar al bajar del vehículo que llevaba.
Como profeta el vigilante acertó: una marcha de maestros interrumpió el  itinerario del objetivo, inmediatamente movieron el fusil para localizar la segunda zona de disparo, no fue difícil;  solo cambiaron el frente por la parte trasera, la entrada de su oficina quedaba a línea de tiro, sería un poco más fácil ya que forzosamente tendría que entrar a pie; esto dio un mejor  semblante a Frank para realizar su labor.
La hora se acercaba y Frank  preparo el fusil había visto las fotos del objetivo y memorizo las facciones del hombre, observo y espero el momento justo cuando  observo que alguien llegaba; preparo su fusil y apunto hacia donde iba su objetivo, preparo el disparo y lo hizo: dando en el blanco, pero cometiendo un error, al momento del impacto noto que una persona con ropa idéntica al ultimado, sacaba una pistola cubriéndose en un auto, ¡había matado a otra persona! Sin pensar que podría suceder preparo de nuevo el fusil para disparar hacia la persona escudada en el auto; al sentir que el tirador se había retirado el objetivo salió de su escondite y se dirigió a toda prisa a la entrada de su oficina en ese momento volteo  hacia  arriba en el edificio de gobierno y pudo observar  como disparaba Frank.
Apresurado por el tiempo perdido desarmo a toda prisa el fusil y lo puso en el maletín dirigiéndose a la entrada de la azotea, para salir de ahí; lo esperaba el chofer y el contacto bajaron por el elevador, en cuanto legaron al estacionamiento notaron que las fuerzas policiacas se empezaron a movilizar buscando al tirador algunos vecinos les dijeron que el disparo se oyó de la parte de arriba del edificio;  empezaron a revisar a los  diferentes empleados y los niveles del edificio.
El tiempo les jugaba en contra; cada minuto ere crucial para poder escapar, mientras llegaban al  auto, pasaron varios policías apresurados, no tomando en cuenta la maleta que llevaban, en eso un agente de la policía les pregunto si no habían visto algo sospechoso, Frank noto cierta complicidad del parte del guardián de la ley, los dejo pasar y le radio al portero que dejara salir el auto que iba para allá.




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