La
fiesta siguió sin ningún contratiempo, los amigos y conocidos de César
terminaron al amanecer ebrios y algunos
bastante drogados, Frank no pudo
evitar sentir asco de todo aquello que
vio en esa bacanal, todos completamente enloquecidos, y abandono el lugar antes
de la madrugada.
A
la mañana siguiente, después del desayuno ya con Raizel en el hotel después de
su viaje al spa, recibió un mensaje en el que le aseguraban tener ya una fecha
para el último trabajo; este sería en la Capital del estado, el jefe de la
plaza no se alineo con quienes estaban haciendo la alianza para poder
centralizar todo el movimiento de traslado
de la droga que iba a estados unidos, motivo por el cual era necesario
quitarlo de en medio y poner a alguien que fuera leal.
Todo
estaba por terminar era la última misión de limpieza que le era encargada, una
misión que estaba poniéndolo al borde de la locura, no podía seguir el juego
tanto de los agentes de la DEA como de
César Díaz, además ponía en peligro a su novia alguien que no podía enterarse
de todo lo que había realizado,
necesitaba dejar esta situación a como dé lugar, dejo al tiempo para
poder ordenar ideas ya escapar de esta trampa.
La
ciudad capital Chilpancingo era una ciudad pequeña, sede de los poderes lo que
la hacía importante para el trasiego y sobre todo por las posibles influencias
que se podrían lograr dentro del poder político que era lo más relevante de la
ciudad, de ahí su importancia para la
organización de Díaz.
Como
siempre la salida fue a las 7 de la mañana, el viaje duraría solo una hora,
ahora con otro chofer, pero igual de confianza de Díaz, el corto viaje fue
placentero y llegando buscaron a su contacto en la capital, ya los esperaban y
se pusieron de acuerdo para realizar la labor, el lugar se le hizo insólito
para Frank ¡era un edificio de gobierno!
El más alto de la ciudad, sobre la avenida principal, camino por cierto del
objetivo a dirigirse a sus oficinas.
La
entrada fue por la zona trasera por el estacionamiento, con una identificación
falsa lograron ingresar y se trasladaron al último piso para poder observar la
distancia de tiro y los posibles camino para escapar; al observar la ciudad, se
le hizo demasiado tranquila para ser el centro neurálgico del estado, más por
la guerra de carteles que se estaba librando en el país, asegurando la zona,
para evitar alguna posible sorpresa preparado todo; armo el fusil “Morelos B”
que se había vuelto su compañero en esta odisea de sangre y muerte.
El
encargado de la vigilancia del objetivo le informo que su itinerario era
sencillo; salía a las doce del día hacia
su oficina ubicada dos calles atrás de
donde estaban y la avenida era su paso obligado para llegar; a menos que
hubiera una manifestación, motivo por el cual, tendría que dar un rodeo, si eso
sucedía solo tendría que cambiar de posición ya disparar al bajar del vehículo
que llevaba.
Como
profeta el vigilante acertó: una marcha de maestros interrumpió el itinerario del objetivo, inmediatamente
movieron el fusil para localizar la segunda zona de disparo, no fue
difícil; solo cambiaron el frente por la
parte trasera, la entrada de su oficina quedaba a línea de tiro, sería un poco
más fácil ya que forzosamente tendría que entrar a pie; esto dio un mejor semblante a Frank para realizar su labor.
La
hora se acercaba y Frank preparo el
fusil había visto las fotos del objetivo y memorizo las facciones del hombre,
observo y espero el momento justo cuando observo que alguien llegaba; preparo su fusil
y apunto hacia donde iba su objetivo, preparo el disparo y lo hizo: dando en el
blanco, pero cometiendo un error, al momento del impacto noto que una persona
con ropa idéntica al ultimado, sacaba una pistola cubriéndose en un auto,
¡había matado a otra persona! Sin pensar que podría suceder preparo de nuevo el
fusil para disparar hacia la persona escudada en el auto; al sentir que el
tirador se había retirado el objetivo salió de su escondite y se dirigió a toda
prisa a la entrada de su oficina en ese momento volteo hacia
arriba en el edificio de gobierno y pudo observar como disparaba Frank.
Apresurado
por el tiempo perdido desarmo a toda prisa el fusil y lo puso en el maletín
dirigiéndose a la entrada de la azotea, para salir de ahí; lo esperaba el
chofer y el contacto bajaron por el elevador, en cuanto legaron al estacionamiento
notaron que las fuerzas policiacas se empezaron a movilizar buscando al tirador
algunos vecinos les dijeron que el disparo se oyó de la parte de arriba del edificio;
empezaron a revisar a los diferentes empleados y los niveles del
edificio.
El
tiempo les jugaba en contra; cada minuto ere crucial para poder escapar,
mientras llegaban al auto, pasaron
varios policías apresurados, no tomando en cuenta la maleta que llevaban, en
eso un agente de la policía les pregunto si no habían visto algo sospechoso,
Frank noto cierta complicidad del parte del guardián de la ley, los dejo pasar
y le radio al portero que dejara salir el auto que iba para allá.
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