viernes, marzo 07, 2014

El Francotirador VIII...

Para Frank la situación le disgustaba cada vez más, no podía entender como estaba ramificada la red de poder que tenían desde el puerto hacia el estado, para que de la manera más fácil pudiera acceder a un edificio público no ser revisado y no ser detenido y la red de corrupción hasta que nivel estaba; por otro lado estaba más tranquilo puesto que era la última “limpieza” que realizaba y ya sería libre de alguna manera de todo eso, regresaría a su país para poder realizar sus labores.
Pero la vida le tendría preparada una  sorpresa: al llegar a Acapulco fue  recibido por Díaz para decirle que todo su trabajo en este lugar había terminado, pero que su jefe quería conocerlo en persona al llegar a Estados Unidos, para que allá siguiera con la labor que tenía acá, sorprendido a la vez molesto por la situación le recrimino el hecho de volverlo un simple matón a sueldo, además de que lo amarro para siempre al camino de la organización delictiva.
César le comento que no  era plan suyo desde el principio sino que todo fue orquestado desde la Unión Americana, quien implemento todo fue el jefe de la organización que opera desde allá; al llegar a tu lugar de origen lo conocerás,  además sabrás los planes que tiene para ti en lo futuro, eres un elemento muy bueno para nuestras intenciones de hacer un mercado global y controlado por nosotros.
Sus sospechas ahora tenían un fundamento más sólido, no era solo Díaz quien estaba desde el principio interesado en sus servicios, sino que algún compatriota lo tenía ubicado y sabia de sus virtudes como tirador;  el problema era saber quién era para poder entregarlo a la policía o la agencia antidrogas, menudo problema tenía pero lograría llegar a quién era el titiritero de toda esta obra.
Todo parecía más claro ahora, algunas cosas aún estaban sueltas,  pero ahora era la oportunidad de terminar con esto entregando al cabecilla de todos; pero para llegar a él necesitaba estar en el mismo juego, con las cartas encima de la mesa, estuvo de acuerdo para  al llegar a su ciudad esperara el contacto con el jefe de la organización, decidió además en caso necesario ser el quien corte de raíz la cabeza de la hidra llamada narcotráfico.
Durante los siguientes días, disfruto de la bondades del clima y de la ciudad ya sin pensar  en que posible trabajo lo pondrían; solo dispuso de tiempo para estar al lado de su amada, sin embargo, no podía olvidar que tendría que hacer para aliviar el sentimiento por tomar la vida de otra persona, no había olvidado el momento en que disparo a alguien más que probablemente no tendría  relación alguna con el objetivo.
El día de partir llego ahora todo quedaría en sus manos, antes de partir Díaz le comento que lo localizarían en el trascurso de la semana para aclarar detalles de su nueva empresa y conocer al jefe que lo recibiría en persona; todo estaba programado al llegar a su ciudad. Frank solo respondió con monosílabos y abandono la sala rumbo al avión que lo llevaría a Carolina del norte,  y donde estaría un poco menos vigilado como lo estuvo en toda su estadía en el puerto de Acapulco, pero no deberá confiarse puesto que la organización era muy grande y lo estarían vigilando aunque un poco más discretamente.
Ya en el avión se llevó una sorpresa más: no solo viajaban ellos a Estados Unidos, también lo estaba haciendo también Galia, ella argumento que viajaba para visitar a sus familiares; esto quizá no era cierto, pero no dijo nada hasta ver como ella se desenvolvía para lograr despistar a Raizel, quien está contenta de ver a alguien más que nada a Frank, por su parte también noto a dos viajeros más: los agentes de la DEA que lo habían visitado al inicio de su estancia en Acapulco.
Todo parecía un viaje de familia, los implicados en esta insólita historia; los protagonistas de ella estaban viajando juntos, solo faltaba César Díaz. Pero ya sería mucha la coincidencia, reviso nada más para corroborar que no fuera así, decidió no tomar en cuenta a quienes les acompañaban en el viaje y se quedó dormido.
Al llegar a los Estados Unidos se sintió un poco diferente no llegaba con pensaba: sino que llegaba sobresaltado por la inminente entrevista con el jefe de la organización, además tenía a alguien del gobierno a sus espaldas, vigilando sus movimientos; Galia también estaba en el juego y quizá era el contacto para llegar al líder, todo estaba encajando como un rompecabezas faltaban unas piezas pero todo estaría tarde o temprano.
Aún tenía tiempo de  la licencia del ejército, así que preparo todo para poder regresar a su base y ahí poder escapar de todo esto, pero no podía solo irse, Raizel quedaría a merced de los delincuentes, así que tendría que terminar el trabajo antes de concluir la licencia, si la licencia terminara no podría hacer ya nada más.
Han pasado tres días desde su llegada a su ciudad, una persona se le acercó para darle un recado: el jefe lo citaba para el día siguiente, en un lugar  donde  no hubiera ninguna intervención de ningún tipo; ellos lo recogerían en la avenida principal para llevarlo con el líder.
Todo estaba dispuesto para la importante cita, necesitaría ser lo más frio que pudiera para poder ocultar las ganas de matarlo ahí mismo, solo que no podría, puesto que estaría más vigilado que nada y además no podría portar alguna arma, sería revisado antes de siquiera tenerlo a la vista; esperaba alguna oportunidad para poder extirpar de una vez por todas ese cáncer, al llegar al lugar en lugar de sentir coraje por conocer al capo, su cara se  tornó en sorpresa al descubrir quien era el jefe de la organización: “¡Usted!” fue lo único que alcanzo a decir cuando vio a la cara a su interlocutor…


No hay comentarios:

Publicar un comentario