sábado, noviembre 16, 2013

Relatos... El escritor de historias cortas III

Imagen de la red
…Una vez saciado su apetito y sobre todo haber tomado su “gasolina de alto octanaje”,-como él le llama a su buen vaso de Whiski, apuro el primer cigarro del día y trato de relajar un poco la mente para dar seguimiento a su relato; pensando en el café al que irían y poniéndole un poco de licor al suyo se apresto a continuar con su historia:
“Tomados de la mano salieron de las instalaciones de la universidad, aun con José siguiéndolos a prudente distancia; esto no pasó desapercibido a Julián, que se dio cuenta desde que salieron juntos, y aunque ella trato de soltarse no la dejo y con un guiño le comento que “había pájaros en el alambre” ella sorprendida no entendió, a lo que él le comento que tenían compañía y que los estaban siguiendo.
 Le comento de una cafetería que él conocía solo de vista pero que se notaba agradable, “sirve que la conocemos juntos y me explicas algunas cosas “cariño”, porque tenemos mucho de qué hablar.” Al decir esto le dio un beso en la mejilla para terminar de desilusionar a José que todavía los seguía; Iri le respondió que estaría encantada de compartir algo más de ella para su nuevo “novio” que para los demás no era nuevo sino al contrario ya sabían de su relación, aunque no de manera física.
El lugar era bastante agradable, un pequeño local que prometía una estadía tranquila, con música agradable y sobre todo gran variedad de bebidas calientes y frías; el pidió como siempre que podía un rico chocolate espumoso y  ella pidió un capuchino, al ordenar el camarero le ofreció un postre a lo que ambos respondieron “pastel de chocolate” al mismo tiempo, provocando una gran sonrisa en el mesero.
“Jovencita Iri”, sonriendo y esperando la clásica pregunta de porque le llamaba así; para su sorpresa solo obtuvo una sonrisa y una mirada de aprobación de parte de ella, “necesito saber por qué me has llamado y porque ese recibimiento tan peculiar pero tan hermoso” provocando que Iri se sonrojara al grado que bajo la mirada no tanto apenada sino más bien complacida por el hecho de que le dijera que fue hermoso.
“La situación es así: mi compañero José me empezó a acosar de nuevo, pensé que por el hecho que me había visto saludarte esa ocasión  en el centro sería suficiente,  pero no; siguió dándome dolores de cabeza, así que decidí tomar tu propuesta de seguir adelante y quitarme de encima a él. Fue cuando te llame a tu celular, estaba el a mi lado por eso la primer llamada fue tan efusiva.”
Al escuchar la razón de Iri de marcarle de nuevo hubo un momento de confusión, y de tristeza; porque daba la razón a su pensamiento de que solo era un juego para ella, pero algo no cuadraba en el encuentro, si solo lo  hubiera saludado de manera normal; es decir con un beso en la mejilla, se daría cuenta de sus intenciones; pero por la manera de saludar parecía que había algo más en ella para con él.
La mente de ella era un remolino de preguntas, cada una de ellas tan distintas entre sí “¿es un hombre tranquilo o es un lunático? ¿Acaso piensa que soy una mujer fácil?” entre otras preguntas, pero de algo estaba segura lo que su instinto le decía no era de desconfianza sino de alguien que le podría ayudar no solo en esto, sino en muchas cosas; le comento que si quería no continuar con esto lo entendería y trataría de remediar esto sola.
Una sonrisa enigmática de parte de Julián le hizo abrigar esperanzas de que le ayudaría, “ok te ayudare pero para esto debo contar con tu información básica, como eres con quien vives acá si tienes mascota, cuál es tu bebida favorita, tú fragancia y tus aficiones.” Al oír todo esto Iri asintió pero también le pregunto cosas sobre él.
“¿Eres casado? ¿Cuántos hijos tienes? ¿Qué haces en tu trabajo? Si eres casado olvida todo lo que hemos hablado” al decir esto se le noto un tono de preocupación puesto que no había reparado en eso por su edad, generalmente la mayoría de los hombres son casados y con hijos;  si fuera alguien comprometido sería un error porque no solo pondría en entredicho su reputación, sino que también le provocaría dificultades a él y no era su intención.
La cara que puso el al oír las preguntas fue no de alguien que lo descubren en un intento de relación extramarital, sino como algo que esperaba que preguntara para saber que terreno pisaba: “ tranquila, no soy casado, soy divorciado; si quieres te muestro el acta de divorcio,” dijo entre risas y continuo diciendo “hijos no tengo afortunadamente, estoy solo en este momento, soy ejecutivo en una empresa llamada “Global Enterprise” se dedica a comerciar equipos de laboratorio y médicos, por lo general le vendemos al sector salud.”
El semblante de Iri cambio por completo al oír su situación sentimental de preocupación a la de sorpresa y con algo de esperanza; empezaba a interesarle este tipo un tipo normal como cualquier otro: mediana estatura, complexión robusta, porte fino; (ella le gustó mucho como se veía con traje), cabello oscuro recortado y sobre todo sus ojos de un color extraño: cafés en la parte cercana a la pupila y verde en la parte exterior para un color aceituna.
Sintiéndose mas en confianza empezó a comentarle sus gustos y aficiones, ella le gustaba mucho su carrera, no se veía como una maestra de historia, sino más bien como una investigadora del pasado de nuestro país; los deportes le gustaba nadar y las artes marciales, al oír esto Julián sonrió: a él también le gustaban los deportes de contacto, de hecho el practicaba artes marciales mixtas, ella era de más o menos la misma estatura de él, complexión regular bien torneado cuerpo, cabello castaño oscuro ojos color café, sonrisa encantadora y una agradable tono de voz.
Platicando cada uno de sus aficiones y de sus actividades se pasaron dos horas en una amena charla entre dos desconocidos hasta ahora, pero pareciera que se conocían de todo la vida, riéndose el uno con el otro mirándose a los ojos con un brillo especial en cada uno, de que posiblemente algo pudiera surgir entre estos dos personajes que el destino había reunido en este momento y en ese lugar.”

Gustavo (nuestro escritor), tomo el ultimo sorbo a su café ya frio por el tiempo que tardo en terminarlo; apuro una buena cantidad de whisky, en la taza y encendió un cigarrillo; su pensamientos estaban puestos en lo que estaba escribiendo algo muy poderoso le impulsaba a seguir, algo que muchos no conocen y que sin embargo todos los tenemos, imaginación, solo que en él estaba desbordada.

Cada palabra escrita en la pantalla del ordenador surgía como suave canción  que el sabia, como una idea tras otra en un continuo ir y venir; el consiente de esto buscaba las mejores palabras para expresar su sentir en lo que estaba narrando y como su fuera una parte de su vida; aunque sin serlo, puesto que él no había vivido un amor así; solo daba rienda suelta a su imaginación pensando que él podría ser el protagonista de su propia historia, pero sin los mismos matices que él ponía en sus obras.
Pero consiente que no podría escribir su propia historia por lo borrascoso que había sido su vida, con sus errores y problemas que vivió y que le dolía el simple hecho de recordar; regreso su mente al trabajo y a la historia de su musa “Iri” y su encuentro con Julián:

“Después de terminar la amena charla en la cafetería, Iri decidió que era tiempo de irse, pero algo le decía que debía saber todo lo que pudiera de la persona que la ayudaba; no quería parecer atrevida, pero sus sentimientos eran encontrados era una niña que quería saber pero a la vez le daba miedo preguntar; mejor se levantó y le pido que la acompañara a tomar el transporte para irse a su casa, Julián acepto y le comento que la acompañaría a su casa por cualquier problema que pudiera suceder.
Las palabras de él la emocionaron, aun no comprendía que estaba sucediendo con ella; nunca se había sentido así, emocionada; muchos de sus amigos la habían ido a dejar a su casa pero ninguno le inspiraba esa sensación como esta persona recién conocida, le gustaba y a la vez le daba temor porque nunca había tenido ese sentimiento.
Julián le siguió platicando de sus actividades así como de su situación sentimental y porque estaba solo, después de su divorcio quedó devastado por la situación en la que se dio su separación, pero no ofreció muchos detalles, esto era extraño en el puesto que casi no hablaba de  su vida y menos de sus relaciones anteriores; pero con esta joven era distinta, no le inspiraba desconfianza a pesar de apenas conocerla; pero estaba consciente de que esto era una farsa para ayudarle.
Al llegar a su casa en un barrio antiguo de la ciudad, se sorprendió porque la casa de ella era de las más bonitas de la cuadra, con un cuidado muy minucioso, “mi papa la hizo para nosotros cuando estábamos chicas mi hermanita y yo; no te había dicho tengo una hermana más pequeña, se llama Selene le decimos “luna” por obvias razones” le comento entre  risas, su papa era arquitecto y la mama se dedicaba a dar clases en una escuela primaria de paga.
“Vaya sorpresa me has dado muchas veces pase por aquí rumbo a donde vivía hace unos años y me gustaba mucho la fachada de tu casa,” fueron las palabras de Julián al ver donde vivía ella; al dejarla en la puerta de su casa salió su mama a verla y le extraño verla acompañada de una persona que no conocía, siempre por lo general la acompañaban sus amigas y algunos compañeros pero a esta persona no la había visto nunca.
“Creo que es un poco tarde Iri, debías haber llegado hace una hora, tenemos que hablar seriamente jovencita,” al oír esto se sintió un poco incomoda pero comprendió la preocupación de su madre; le contesto que la disculpara pero se le había pasado el tiempo, y le presento a Julián como un amigo de la escuela y que la había acompañado porque se le había hecho tarde.
Se despidió de Julián con un beso en la mejilla y le comento que le llamaría a su celular en cuanto se desocupara y estuviera a solas, que si no le incomodaba, él le contesto que tenía toda la noche libre y esperaría su llamada.”

Al darle el último trago a la taza de whisky, el escritor dejo a un lado la máquina y se fue a acostar para reponerse bien de los últimos días de desvelo que había tenido en los últimos días en parte por su trabajo y en parte por sus problemas, apago el ordenador y dejo pendiente la siguiente parte de su historia que ya no era corta sino que se estaba convirtiendo en algo personal y que le ayudaba a mitigar su pena y su dolor…





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