sábado, noviembre 23, 2013

Relatos... El escritor de historias cortas V

Tomada de la red
…Las manos del escritor sudaban de la frenética descarga de inspiración le llegaba, deseaba continuar escribiendo pero se detuvo un momento: “¿cómo respondería Iri a tan inquietante pregunta?” no había reparado que había planteado esa pregunta muy rápido, pero siguiendo con el trabajo empezó a maquinar como articularia las palabras para sonar lo más coherente y acorde a los sentimientos que ellos manifestaban.
Dejo a un lado la pc, se dirigió a tomar un buen vaso de whisky y un cigarro para despejar la mente un poco; pensaba  en su vida como había cambiado desde el accidente que tuvo hace cinco años, donde por llevar unas copas de más choco su auto, Roció iba con él y desafortunadamente falleció al chocar con otro auto que desgraciadamente el otro conductor iba en peores condiciones que él, quien tuvo la culpa fue el otro conductor; pero él siempre se echó la culpa por no reaccionar a tiempo.
Sus sentimientos estaba flor de piel, viendo el retrato de su amada con él, sonriendo y expresando su amor; comenzó a llorar y a maldecir al alcohol que lo condujo a esta situación de soledad, arrojo el vaso de whisky lejos y lloro hasta quedarse dormido.
“No me hagas sufrir más amor; Te Amo” fueron las palabras que lo despertaron de manera abrupta; esa voz era inconfundible, busco por todos lados esperando verla, pero recordó que ella había fallecido y encendió las luces para comprobar que estaba en su departamento y completamente solo, todavía asustado se dirigió al escritorio para continuar con su obra, aunque en su mente seguían escuchando esas palabras y sobre todo el timbre de voz que era de su amada.

“¿Es la pregunta de los diez millones; verdad? Fue el comentario que hizo Julián al ver que ella no atinaba a responder, “ no te preocupes si quieres me puedes contestar más tarde, no tengo prisa por saber” pero Iri sonrió y le comento que le iba a decir la verdad que no tendría secretos para el sobre esa situación: “te mentiría si dijera que te estuve siguiendo, no fue algo espontaneo, algo que no puedo explicar, no tenía planeado nada para quitarme de encima a José; pero al verte me llego la idea de hacer lo que hice, te vi y me inspiraste mucha confianza no te ves como el común de las personas.”
La mirada que tenía Iri le decía a Julián que no estaba mintiendo, y no dejaba de verle los ojos; lo estaban hechizando, no podía dejarla le mirar y siguió escuchando los motivos de ella: “pensé que me ibas a rechazar y me daba más miedo que lo hicieras y dejarme en ridículo delante de mis compañeros; sin embargo no lo hiciste me ayudaste sin ni siquiera conocerme” el tono de voz de Iri fue de agradecimiento y lo completo tomándole la mano y diciéndole “gracias por ayudarme.”
Esto descoloco a Julián, no esperaba esa respuesta y no dejaba de mirarla a los ojos, y sobre todo a su  hermosos labios, deseando besarlos nuevamente; sin embargo se contuvo y le correspondió el gesto tomando el también su mano, dándole un tierno beso en ella,  “ no tienes que agradecer, gracias a eso estamos acá, yo  disfrutando de tu hermosa compañía y tú de un delicioso capuchino” la cara de ella se puso de mil colores y no supo que responder, (por lo general estaba acostumbrada a recibir piropos y no tomarlos en cuanta, pero esta vez le encanto).
No queriendo interrumpir pero con la necesidad de entregar la orden el mesero carraspeo, esto hizo que ambos reaccionaran y se soltaran las manos; ella se puso roja como tomate, el mesero le reconforto diciendo: “no los molestare más a menos que ustedes me llamen, que disfruten su orden” dicho esto se fue y los dejo con sus pensamiento a flor de piel, ella rompió el silencio preguntando si la respuesta era lo que esperaba: “no  esperaba esa respuesta pero me satisface, bueno ahora te toca a ti preguntarme algo hazlo.”
Este era un juego de ajedrez para ambos, cada uno movía sus piezas para ver lo mejor posible los movimientos de cada uno, querían saber todo de cada uno pero tenían que hablar con tacto para evitar ser descubiertos (aunque ambos lo sabían), Iri preparado su pregunta para saber más de el: ¿Por qué te divorciaste? Fue la pregunta, la cara de el cambio de pronto no molesto pero si  un poco incómodo; “ es una historia larga que algún día te contare, pero por ahora solo ten en cuenta una cosa; mi pasado está enterrado, y ya no me hace daño pero no es algo que pueda contar así nada más” al oír esto ella se preocupó porque pensó que  había hecho mal en preguntar; Julián la reconforto diciéndole que era algo normal que preguntaran eso a una persona en su situación; y que de ella no le molestaba al contrario le agradaba que fuera un poco directa como él lo había sido con su pregunta.
Ambos acordaron cambiar de tema y comenzaron a hablar de sus personalidades, de sus aficiones y sobre todo de ellos; tan entrados en su plática estaban que no se dieron cuenta que alguien llegaba a su mesa y los saludaba no muy amablemente que digamos: era José que había llegado a la cafetería de casualidad y los vio juntos y decidió saludar a Iri mas que a Julián, le quiso dar un beso pero ella se lo impidió, y le pido que se retirara que no era bienvenido a su mesa.
José quiso disculparse pero ella no lo dejo y le pidió respeto por la persona que estaba con ella: su “novio” ante esto no tuvo más remedio que darse la vuelta y sentarse a distancia, esto incomodo a ambos y prefirieron abandonar el lugar; Julián llamo al mesero y le pido la cuenta, Iri comento que dividirían la cuenta, negándose inmediatamente el diciendo que es su invitada y que el pagaría.
Eran las siete de la tarde cuando salieron de la cafetería, aún estaba algo claro, sin saber qué hacer para continuar su plática, decidieron ir al sentarse  a un parque cercano del lugar donde estaban, al llegar se acomodaron en una banca y ella se sentó frente a él, que no dejaba de mirarla a los ojos;  esta situación la ponía nerviosa, puesto que ella tampoco podía dejar de mirarlo; algo estaba naciendo en ellos, pero aún no era tiempo de darlo a conocer.
Para romper el momento Iri pensó que mejor sería retirarse, así se lo hizo saber, a lo que el respondió que estaba bien que no quería otro regaño delante de el de parte de su mama, ella respiro aliviada; cuando menos pensaba que no debían de romper algunas reglas, se dirigieron a tomar una taxi para llegar más rápido a su casa.”
Cada una de las palabras que salían de su mente resonaban mis fuerte en él, como si quisieran decirle: “sigue no te detengas”, pero él no tenía fuerzas para continuar en ese momento quería descansar y tratar de volver a dormir para siquiera escuchar de nuevo la voz de su amada; dejo la computadora y se dirigió a su cama donde al poner la cabeza en la almohada se quedó dormido hasta la mañana siguiente.
Ahora fue el timbre de la puerta el que despertó a Gustavo, el insistente sonar de la puerta, fue quien lo regreso del mundo de los sueños, se apresuró a ver quién era: resulto su jefe que le hacia una “visita de cortesía” para saber cómo iba con su obra; en realidad  quería saber cómo estaba su amigo si seguía bebiendo como cosaco y cuando menos tomaba un poco menos, “estoy bien” contesto ante su jefe; no es necesario que me vengas a despertar, te entregare la parte que toca para antes del viernes .
“no vengo a verte para hablar de trabajo nada más, necesito que visites a un psicólogo para que te ayude a superar tus traumas y para que dejes de dañarte consumiendo tanto alcohol,” fueron las palabras del jefe; Gustavo se sintió como un niño pequeño que le estaban regañando, pero en todo tenía razón no estaba bien y eso lo sabía de sobra pero como todo buen hombre no le daba la suficiente importancia.
“quiero que vayas al médico a hacerte una valoración general y después arregles una cita con un psicólogo, no admito un no y quiero tus recetas y recibos de pagos de estos servicios para que el diario lo cubra si no lo haces puedes quedarte sin empleo y eso es peor”, fue la orden determinante que dio el jefe y se retiró dejando a Gustavo perplejo, cerró la puerta y se quedó meditando lo dicho, decidió por el momento desayunar y luego con el estómago con comida pensar bien las cosas.
Terminando de desayunar, sin tomar ningún vaso de whisky se dirigió a su escritorio para  continuar con su historia, tenía en mente todavía algunos cabos sueltos, pero confiaba en poder subsanar eso para avanzar y terminarla con el final que tenía planeado.
“Después de llegar a su casa le pido por favor le marcara en cuanto llegara a su domicilio para saber que llego con bien, le dio un beso en la mejilla pero muy cerca de los labios provocando una sonrisa y luego le dijo hasta luego, él se retiró con una gran sonrisa en los labios y el sabor de su boca en la mejilla; en cuanto llego a su cuarto lo primero que hizo fue llamarle por celular, para también saber si no la habían regañado; le contesto que no que todo estaba bien, pero quería saber algo de el: “¿te gusto?” fue la pregunta a quemarropa; quiso imaginar la cara de sorpresa del pero al escuchar la respuesta la sorprendida fue ella “¡claro que sí!” fueron las palabras que escucho ella: “eres una chiquilla muy linda, con un encanto muy especial que me ha dejado muy impresionado,” se quedó sin palabras solo pudo atinar a decir gracias, y darle las buenas noches.
Julián pensó que se había precipitado al decirle lo que sentía, pero de alguna manera se quitó presión por lo que dijo, necesitaba decirlo porque si no lo iba a volver loco, pensó en volver a llamarle pidiendo perdón pero en ese momento  sonó el celular y contesto de inmediato “hola me has dejado muda con tu respuesta creo que debo ser honesta también contigo: me gustas y cuando estoy cerca de ti me siento muy a gusto y sobre todo protegida, gracias  y perdón por llamar, eso era lo que quería decirte hasta pronto” dicho esto colgó.
La sensación que recorrió el corazón de Julián fue  tan agradable que solo atino a dejar el celular en su mesa de noche, y se acostó a dormir soñando con esa chiquilla que le robo el corazón de la manera más extraña, pero que ella entregaba a cambio el suyo…



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