miércoles, diciembre 25, 2013

Relatos... La historia de Gustavo V.

Esa tarde Gustavo no pudo estar con ella, puesto que tenía que presentarse a una entrevista de trabajo; esto no se lo dijo a Rocio, solo le comento que necesita realizar algunas cosas de la escuela, conforme llego a su departamento se dispuso a usar su mejor traje para presentarse ante el director del diario  “La Fuente” que se encontraba buscando algún estudiante de periodismo o letras para su suplemento dominical, así como para poder cubrir a algún reportero cuando surgiera algún imprevisto.
Las oficinas del diario se encontraban relativamente cerca del departamento de Gustavo  a una cuadras, era un edificio viejo pero bien conservado, sus oficinas y talleres se encontraban en el mismo lugar, así que para llegar al as oficinas había que subir escaleras; el lobby era una entrada a un diario de las películas antiguas, era un lugar para poder recrearse en fotos y afiches del andar del periódico en sus años mozos y su renovación conforme pasan los años.
Un lugar que parecía no haber cambiado desde hace mucho; era sin duda la oficina del director en jefe del diario: una oficina que permitía ver el interior desde afuera con paredes de vidrio transparente y con recuerdos de los anteriores dueños y del actual con diversas personalidades de la política y el medio artístico, el escritorio se encontraba frente a la entrada, lo único moderno de esa oficina era sin duda la computadora, al entrar Gustavo a esa oficina fue recibido por el jefe  Emilio De Mendoza y Oseguera, que frente al a computadora escribía sin parar;  al lado del monitor se encontraba un portar retrato con el frente hacia el jefe.
“Tome asiento joven y dígame  ¿A qué viene usted?” fueron las palabras precisas del jefe, Gustavo comenzó a explicarle que supo que había una vacante para el suplemento dominical y como reportero interino, “me gustaría trabajar en un diario y si usted me lo permite, escribir para su suplemento;” “tiene algún escrito que crea me puede interesar ¿y cómo cree que puede con el encargo?”
Gustavo le entrego dos escritos  de dos cuartillas, uno conteniendo una historia corta de ficción y otro con un relato de corte policiaco, además le extendió una  hoja donde estaba una de las poesías que le había compuesto a Rocio y que según él ; sería su punta de lanza para obtener el trabajo: al recibir los documentos el jefe se quedó pensativo y empezó a leer de manera rápida ambas historias y el poema, centrándose en este último; se hizo un silencio un poco incómodo que empezó a desesperar a Gustavo.
“Está bien jovencito, queda usted contratado, le pido de favor que si me puede traer cada semana dos escritos para que elija uno para la publicación dominical, por el momento se queda la historia de ficción y el poema, me parece muy bueno; la paga por principio no es mucha pero le permitirá seguir estudiando y tener algún guardado para más adelante”, al oír esto Gustavo no puedo contener su alegría y le dijo que tendría sus dos escritos semanalmente.
Contento de haber conseguido trabajo le llamo a Rocio para decirle que le tenía una sorpresa, pero no le dijo mas solamente le comento que era algo muy bueno para ambos; al llegar a la cita la recibió con un beso uy apasionado y la condujo a una cafetería para platicarle la sorpresa: “ya tengo trabajo amor, voy a ser reportero suplente, y a escribir en una columna dominical, no voy a ganar mucho, pero por algo se empieza,” al oír esto Rocio se puso feliz por el hecho de que de alguna manera se alejaría un poco más de su “horrible vicio” como ella le llamaba a su manera de beber.
Después de ver a Gustavo y regresar a su casa, a la hora de la cena con sus padres, empezó a oír la plática entre ellos, pero no puso mucha atención hasta que escucho que contrato a un nuevo reportero y que aparte tendría a un escritor para el suplemento dominical, que era un joven  muy bueno que incluso le llevo un poema  dirigido a su amada que casualmente se llamaba como ellas: Rocio, al darse cuenta de quién era ese reportero; sonrió para sus adentros y prometió no decirles nada a ninguno de los dos(su padre y a Gus) de que conocía a los dos.
Pero esto envolvía otro problema, al enterarse ambos que ella los conocía y sobre todo quien era su padre, se podría prestar a malas interpretaciones, así que mejor prefirió consultarlo con quien de alguna manera la había sacado del algunos apuros antes: su mamá, quien observadora como era se dio cuenta que la plática que había tenido con su marido le intereso un poco más de lo normal a su hija, ya que por lo general no les ponía mucha atención.
Ahora bien; como decirle a su mama que el reportero era su novio y que no quería que se malinterpretara la situación del empleo de él y la relación con el jefe del diario, necesitaba hablar con su madre lo antes posible para preparar el terreno para cuando su padre y su novio se llegaran a conocer, sus padres sabían que Rocio tenía novio, pero no lo conocían personalmente...


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