Esa
tarde Gustavo no pudo estar con ella, puesto que tenía que presentarse a una
entrevista de trabajo; esto no se lo dijo a Rocio, solo le comento que necesita
realizar algunas cosas de la escuela, conforme llego a su departamento se
dispuso a usar su mejor traje para presentarse ante el director del diario “La Fuente” que se encontraba buscando algún estudiante
de periodismo o letras para su suplemento dominical, así como para poder cubrir
a algún reportero cuando surgiera algún imprevisto.
Las
oficinas del diario se encontraban relativamente cerca del departamento de Gustavo
a una cuadras, era un edificio viejo
pero bien conservado, sus oficinas y talleres se encontraban en el mismo lugar,
así que para llegar al as oficinas había que subir escaleras; el lobby era una
entrada a un diario de las películas antiguas, era un lugar para poder
recrearse en fotos y afiches del andar del periódico en sus años mozos y su renovación
conforme pasan los años.
Un
lugar que parecía no haber cambiado desde hace mucho; era sin duda la oficina
del director en jefe del diario: una oficina que permitía ver el interior desde
afuera con paredes de vidrio transparente y con recuerdos de los anteriores
dueños y del actual con diversas personalidades de la política y el medio artístico,
el escritorio se encontraba frente a la entrada, lo único moderno de esa
oficina era sin duda la computadora, al entrar Gustavo a esa oficina fue
recibido por el jefe Emilio De Mendoza y
Oseguera, que frente al a computadora escribía sin parar; al lado del monitor se encontraba un portar retrato
con el frente hacia el jefe.
“Tome
asiento joven y dígame ¿A qué viene
usted?” fueron las palabras precisas del jefe, Gustavo comenzó a explicarle que
supo que había una vacante para el suplemento dominical y como reportero
interino, “me gustaría trabajar en un diario y si usted me lo permite, escribir
para su suplemento;” “tiene algún escrito que crea me puede interesar ¿y cómo
cree que puede con el encargo?”
Gustavo
le entrego dos escritos de dos
cuartillas, uno conteniendo una historia corta de ficción y otro con un relato
de corte policiaco, además le extendió una
hoja donde estaba una de las poesías que le había compuesto a Rocio y que
según él ; sería su punta de lanza para obtener el trabajo: al recibir los
documentos el jefe se quedó pensativo y empezó a leer de manera rápida ambas
historias y el poema, centrándose en este último; se hizo un silencio un poco incómodo
que empezó a desesperar a Gustavo.
“Está
bien jovencito, queda usted contratado, le pido de favor que si me puede traer
cada semana dos escritos para que elija uno para la publicación dominical, por
el momento se queda la historia de ficción y el poema, me parece muy bueno; la
paga por principio no es mucha pero le permitirá seguir estudiando y tener algún
guardado para más adelante”, al oír esto Gustavo no puedo contener su alegría y
le dijo que tendría sus dos escritos semanalmente.
Contento
de haber conseguido trabajo le llamo a Rocio para decirle que le tenía una
sorpresa, pero no le dijo mas solamente le comento que era algo muy bueno para
ambos; al llegar a la cita la recibió con un beso uy apasionado y la condujo a
una cafetería para platicarle la sorpresa: “ya tengo trabajo amor, voy a ser
reportero suplente, y a escribir en una columna dominical, no voy a ganar
mucho, pero por algo se empieza,” al oír esto Rocio se puso feliz por el hecho
de que de alguna manera se alejaría un poco más de su “horrible vicio” como
ella le llamaba a su manera de beber.
Después
de ver a Gustavo y regresar a su casa, a la hora de la cena con sus padres, empezó
a oír la plática entre ellos, pero no puso mucha atención hasta que escucho que
contrato a un nuevo reportero y que aparte tendría a un escritor para el
suplemento dominical, que era un joven
muy bueno que incluso le llevo un poema
dirigido a su amada que casualmente se llamaba como ellas: Rocio, al
darse cuenta de quién era ese reportero; sonrió para sus adentros y prometió no
decirles nada a ninguno de los dos(su padre y a Gus) de que conocía a los dos.
Pero
esto envolvía otro problema, al enterarse ambos que ella los conocía y sobre
todo quien era su padre, se podría prestar a malas interpretaciones, así que mejor
prefirió consultarlo con quien de alguna manera la había sacado del algunos
apuros antes: su mamá, quien observadora como era se dio cuenta que la plática
que había tenido con su marido le intereso un poco más de lo normal a su hija,
ya que por lo general no les ponía mucha atención.
Ahora
bien; como decirle a su mama que el reportero era su novio y que no quería que
se malinterpretara la situación del empleo de él y la relación con el jefe del
diario, necesitaba hablar con su madre lo antes posible para preparar el
terreno para cuando su padre y su novio se llegaran a conocer, sus padres sabían
que Rocio tenía novio, pero no lo conocían personalmente...
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