...“Solo
se honesta con tu padre,” fueron las palabras de su madre al escuchar la
confesión de su hija, de quien era su novio y sobre todo como decirle a el que
su padre lo había contratado, eso era lo que más le preocupaba; “de eso no te preocupes tu padre no es quien
acostumbre mezclar las cosas, si tu novio es bueno es por eso que lo contrato.”
Aun
así sentía un poco molesta por tener que esperar para aclarar las cosas,
(aunque ella se estaba ahogando en un vaso de agua) puesto que Gustavo no sabía
nada aun de su quien era su jefe en el diario, además él no le había dicho como
se enteró del empleo, eso también le tocaría arreglarlo para poder estar más
tranquila; al domingo siguiente le dio mucho gusto ver el nombre de Gustavo
como colaborador del suplemento dominical y sobre todo escuchar algunos
comentarios buenos del trabajo de su amado.
“Señorita
De Mendoza espero le guste mi sección en el diario” fue la manera en que saludo
Gus a Rocio, no pudiendo contener la alegría de ver por primera vez su trabajo
en una página de una periódico, y sobre todo que gustara a sus conocidos, “me
llamo mi jefe para felicitarme por mi primera participación en el periódico y me pidió
que siguiera con esa actitud de escribir que podría llegar lejos,” Rocio le
regalo un beso largo para demostrarle lo orgullosa que estaba de Gustavo.
En
eso estaban cuando a lo lejos Gustavo vio a su jefe acercarse hacia ellos, al
verlo le dijo a Rocio “te voy a presentar a mi jefe para que lo conozcas” al
escuchar esas palabras se puso pálida; no tenía escapatoria, ahora ambos sabrían
quién era quien, “Señor Emilio, le presento a mi musa a quien me inspira a
escribir lo que he publicado en su diario”
grande fue la sorpresa de ella al recibir el saludo de su propio padre
como si fuera un desconocido, pero en la mirada descubrió un brillo especial en
él ; sabía perfectamente quien era su novio y como se habían conocido, solo atinó
a decirle a Gustavo “felicidades joven
tiene usted una novia muy guapa, nos vemos en el diario otro día, por ahora tengo
que ir a mi casa” se despidió de ellos no sin antes lanzar una mirada cómplice a su hija.
Al
alejarse su padre ella le dijo que tenía que irse también que en casa la
esperaba su padre para decirle algunas cosas de su noviazgo, y que lo más
seguro es que su papa quería conocerlo, “claro que si cuando quieras los visito
amor, no te preocupes, oye por cierto mi jefe se apellida igual que tú,¿ acaso
son parientes,?” ella le cambio el tema para evitar entrar en terreno escabrosos
despidió de él y salió como bala rumbo a su hogar.
Al
llegar a su casa, ya su padre la esperaba sentado cómodamente en su sala; “¿qué
me quieres decir niña que tu padre no sepa ya?” fueron las primeras palabras que
escucho, sorprendida se preguntó ¿Cómo lo sabe? Al ver a su madre llegar al sillón
donde se encontraba su papá sonriendo, comprendió todo: ella fue quien le dijo a su esposo la situación
de su hija, y sobre todo le comento la
disyuntiva que tenía ella; “Si tu mamá me comento todo, por eso hoy pase
cerca de tu escuela para corroborar quien era tu novio, no te preocupes su
trabajo la avala el mismo no tienes que preocuparte por eso.”
Rocio
sonrió y le dio un beso a su padre le dijo gracias: “pero aun no estés tan
contenta quiero conocerlo ya como tu novio haber que tiene que decirme” al oír
esto se puso de mil colores, puesto que su padre era muy estricto en algunas cosas,
una de ellas era saber quién era la persona que intentaba quitarle a su “niña”
pero al ver la sonrisa de su padre comprendió que de laguna manera estaba feliz
porque su hija se veía contenta e irradiaba felicidad.
Ahora
venía lo más complicado: como decirle a Gustavo que su jefe en el periódico y
su padre eran la misma persona y que ella no influyo en su contratación, decidió
tomar al toro por los cuernos: decirle primero que sus padres querían conocerlo
y que su padre sabia quién era el y
donde trabajaba; empezó a maquinar como decirle, cuando llego Gus y la saco de
sus pensamientos, “hola Amor cuando quieres que conozca a tus padres?” fue la
pregunta a bocajarro que le soltó él.
“¿Qué
te parece que el fin de semana siguiente para que les diga con calma? Pero antes
de eso déjame decirte algo muy importante y quiero que me escuches con calma”
al oír esto Gustavo no pudo ocultar su sorpresa y a la vez pregunto con un
gesto de saber algo que le sorprendería a
ella:”¿acaso me quieres decir que el señor Emilio De Mendoza es tu padre?”
ahora la sorpresa fue de ella: “¡Cómo lo sabes?!” fue la pregunta que alcanzo a
formular.
“Fue
fácil, en una ocasión en que fui a
entregar mis trabajos me pidió ayuda con
una de las historias, ya que no la había corregido en el formato, así que me
dijo que la corrigiera en su computadora, al ver la foto que tiene en su
escritorio donde estas con tu mamá y el caí en cuenta que era tu padre; pero no
le dije nada y lo comprobé cuando te lo presente la ocasión en que lo
encontramos al mirarte a ti como te vio...”
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